Tal y como teniamos previsto nos desplazamos hasta las serranias de la Alfaguara, con suficiente tiempo para calibrar el telescopio y montar el minicampamento de observación. La noche, despejada en extremo, no nos defraudó. Mientras el eclipse se iniciaba (22:30 hora local) hicimos un poco de tiempo observando a Venus, rutilante en el cielo de poniente. Despues cenamos, nos tomamos un cafetito caliente y esperamos a que el espectáculo comenzara. Y comenzó. El reloj cósmico no falla.
Poco a poco la negra sombra dio su zarpazo a la Luna, avanzando desde el polo sur lunar.
Poco a poco la negra sombra dio su zarpazo a la Luna, avanzando desde el polo sur lunar.
Cuando entramos en la fase de totalidad, la luna se nos mostró muy oscura, con poco tinte rojizo. Si tuvieramos que clasificar la observación dentro de la escala Danjon le dariamos un grado 1.
Posteriormente y aprovechando la oscuridad del cielo, dirigimos nuestro telescopio a algunas estrellas y finalmente a Saturno, que debido a la ventajosa posición que ocupa ahora, se nos mostró claro, con sus anillos bien definidos. Incluso pudimos observar a relativa poca distancia y a su izquierda (nuestra derecha con el telescopio) a su satélite Rhea. Todo un espectáculo cósmico
Posteriormente y aprovechando la oscuridad del cielo, dirigimos nuestro telescopio a algunas estrellas y finalmente a Saturno, que debido a la ventajosa posición que ocupa ahora, se nos mostró claro, con sus anillos bien definidos. Incluso pudimos observar a relativa poca distancia y a su izquierda (nuestra derecha con el telescopio) a su satélite Rhea. Todo un espectáculo cósmico
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